domingo, 29 de enero de 2017

CHOVE EN SANTIAGO
 Santiago siempre tuvo esa magia inexplicable para mí. Y ayer se convirtió en magia definitiva. El motivo que me llevó hasta allí fue el concierto de Luar na Lubre en el que colaboraba mi hija Belém Tajes. El primer signo mágico fue que el tráfico y mi desconocimiento de las calles,  me llevó a dejar el coche en un aparcamiento junto a un hotelito muy mono que recordaba de antes; ¿coincidencia?
Luego vino lo mejor, entradas agotadas, pero mi niña me dejó una en taquilla; y su maravillosa voz, las canciones, los músicos, su padre emocionado, yo también; la sensación de que mi padre, el gaiteiro, también estaba allí inspirando a su nieta y ver en mi hija rasgos de mi madre y míos! ¿excelencia?
Más tarde, cañitas con el novio y los amigos de la niña, y una llamada al pequeño, a mi otra estrella que está en Ginebra, para contarle cuanto le echamos de menos en esta noche de placer infinito. ¿nostalgia?
Finalmente camino por las calles empedradas de Santiago, mojadas por esa lluvia mágica, respirando historia, agradeciendo al Universo haberme traído hasta aquí y disfrutar de este día hermoso que ya empezó fantástico con el regreso de un amigo desde Panamá. La lluvia en Santiago es arte, sólo hay que comprobarlo. Este día me dejó el mejor estado del alma: el amor.
¡Chove en Santiago...e é precioso!